En el tren, te das cuenta de varias cosas, entre ellas, lo poco que te gusta la gente en general y lo mucho que les huele el sobaco a algunos en particular. Son dos premisas que van íntimamente relacionadas, una es la consecuencia lógica de la otra.
Una señora mayor, sentada al lado de su marido, los dos con camiseta verde pistacho (tal y como marca la tendencia de ésta primavera-verano 2008) son el motivo de estas palabras. Ella agitaba acalorada su abanico rojo, tenia calor...lo sabíamos y lo sabíamos entre otras cosas porqué el aroma que se desprendía de sus axilas podía equipararse al olor de la bolsa de basura que bajo cada noche de verano. Alguien debería decirle que no agite más el abanico!!! así lo único que conseguirá es esparcir el olor y entraría en vigor la frase "haber si va a ser peor el remedio que la enfermedad". En horas punta, hay que evitar el tren, está claro. Yo creo que el tren, es un transporte que de por sí, vacío, ya huele raro así que imaginaté lleno...El aroma estupefaciente del café matutino de señor del bigote que se cree que lo miras por interesante cuando en realidad sólo lo miras porqué con ese olor te ha originado una parálisis facial y estas esperando a que A)que se coma un chicle, B)que respire por la nariz, C) que se baje en la próxima...pero no! te acompaña durante todo el trayecto junto a dos mujeres - las llamadas marujas - que hablan con rapidez y en cantidad (nada que envidiar al hombre del los Micro machines) mientras, tu te imaginas como una mano se acerca sigilosamente por detrás, les tapa la boca y les retuerce el pescuezo hasta la muerte. Te acabas de levantar por el amor de dios!!!. Con los ojos inyectados en sangre y el estómago revuelto te bajas del tren, te espera un grandioso día por delante. Have a nice day!
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